El sepulcro del apóstol Santiago fue redescubierto, según cuenta la leyenda, hacia el año 829 por el ermitaño Pelayo. De forma tal que sobre el mismo se edificó (reinando Alfonso II el Casto) un primer templo, de reducidas dimensiones. Más tarde se levantaron allí otras dos basílicas prerrománicas a las que finalmente acabó sustituyendo la catedral que ahora podemos contemplar. Leer más ›